Pedíamos verdad, reparación, justicia... dignidad para nosotros y nosotras -porque a las victimas les sobraba- pero ¿qué nos da?... ¿60 millones?...

Memoria histórica / Foro por la Memoria del País Valenciá.- Desde hace unos años, un fuerte movimiento por recuperar nuestra historia reciente se ha instalado en nuestra sociedad. Numerosas personas que, viendo como el mundo es nuevamente engullido por la barbarie y un nuevo fascismo se instala en nuestras sociedades en forma de democracia formal (el fascismo de terciopelo, en palabras de James Petras), hemos comenzado una lucha que nos permita descubrir la verdad de lo que fue nuestra Guerra Civil y sus consecuencias, tanto las inmediatas como las actuales. Los paralelismos con situaciones de hoy en día son cuantiosos y muestran como la Historia se repite de forma permanente.

Sra. Mª Teresa de la Vega

Estimada señora, hemos de decirle que nos ha sorprendido su renuncia y claudicación ante el poder mediático y fáctico del PP. Sabíamos -desgraciadamente, lo esperábamos- de la oposición extrema de un PP que gusta en desmesura de reclamarse heredero del franquismo y, en demasía también, de estar algo más allá que "el franquismo sociológico", en unas posiciones antidemocráticas que "solo" un 30% de sus votantes comparte según las encuestas.

Pero creímos ver en usted Sra. Mª Teresa, vicepresidenta de este Gobierno y presidenta de la comisión interministerial, una voluntad sincera de sacarla adelante, sin amilanarse, sino por un mecanismo por otro, realmente era el momento, aquí esta el año de la Memoria, salta ahora. En el Parlamento se lo urgían IU y ERC, en la calle un montón de asociaciones, nuevas generaciones de renovados ideales republicanos, con ansias de conocer la verdad ocultada de la historia, la memoria olvidada de un tiempo de esperanzas inmensas.

No podía ser de otra manera en este año de aniversarios, 60 de la derrota del fascismo europeo, 75 de la proclamación de la República, 70 del golpe de Estado que se convirtió en Guerra Civil con el auxilio del Eje fascista, y pronto, en noviembre, 70 años también de la capitalidad republicana de Valencia. Era, es el momento, y todos y todas somos conscientes de ello, setenta años después, con treinta años de transición a cuestas, no estamos para medias tintas, para descontentar a los de siempre por aplacar a los que ladran, vistan de traje azul o de púrpura.

Se equivoca su gobierno si retrocede, si busca componendas; al PP no lo va a tener nunca del lado de la Verdad y la Justicia, de la reparación de los crímenes de unos verdugos de los que se sienten herederos y, a veces, hasta lo son.

¿Qué pretende hacer ahora para sacar adelante una componenda tibia que a nadie satisface?, si incluso en el PSOE es criticado este proyecto de Ley de Memoria que, por perder, ha perdido incluso su nombre. ¿Lo pactara con las derechas centradas de los nacionalismos del Estado?, ¿Iniciara así un ensayo "con todo" de una nueva mayoría parlamentaria "más centrada"?... ¿Acaso van a olvidar ahora que su poder de gobierno -escaso, lo sabemos- se basa en la exigencia de Verdad de un 13-M?; por favor, no olvide que seguimos con la misma demanda, que la verdad de los hechos se conozca y que “los nuestros” ocupen el lugar que les corresponde en la historia. Olvidar es su opción, pero no le auguramos éxitos en ese camino que, desde luego, no recorrerá con la memoria republicana. No en nuestro nombre.

Esperamos sinceramente que el descanso veraniego recomponga sus fuerzas, sus ganas de luchar y plantar cara a la reacción, sabiendo que aquellos se fortalecen con cada concesión, con cada renuncia. Que rectifique -antes tarde que nunca- y, en el tramite parlamentario, podamos coser los tijeretazos dados. Si la Cámara no lo hace así, nosotros y nosotras si volveremos con renovadas fuerzas a la calle, donde codo a codo cada vez somos más, como hemos podido comprobar este año de actos y conmemoraciones. Y, antes pronto que tarde, conseguiremos que "al que mato se le llame -por fin- asesino", y al que juzgo injustamente se le declaren nulos sus actos.

Valencia, 4 de agosto de 2.006